Monçao

Siguiendo con la excursión de la semana pasada, os puedo contar una variante, y es que un fin de semana nos quedamos a dormir en  Monçao  cerca de  Valença y resultó muy bien, la verdad. Pero, empecemos por el principio:

Si visteis la entrada de la semana pasada sabréis que a nuestra familia nos gusta ir a comer a Vilanova da Cerveira, donde los sábados hay una feria enorme donde encontraréis de todo y donde  os reseñé varios restaurantes para comer. Si lo que queréis es disfrutar de un fin de semana en el país vecino, os recomiendo que después de comer, vayáis a Monçao. Queda cerca de Valença, a unos veinte minutos siguiendo la N101.


El pueblo es pequeño y se recorre enseguida, nosotros lo elegimos por el hotel bienestar Termas de Monçaonos apetecía irnos de balneario con las peques y ya por internet vimos que había piscina para niños, así que después de comer nos fuimos para allá. Llegar es fácil porque está indicado y el hotel está al lado del río donde hay un parque enorme para que se entretengan las niñas. Una vez nos hubimos instalado en las habitaciones, que son sencillas pero están bien, nos fuimos a las piscinas. La mayor pega es que para ir desde el hotel a las piscinas hay que salir al exterior, ya que no está conectado por dentro, con lo que al ir no hay problema pero al volver si que da un poco de pereza.


La verdad es que las piscinas son pequeñas, hay una para niños con un tobogán, en la que la mi hija pequeña lo pasó en grande. La mayor como ya sabe nadar estuvo casi todo el tiempo en la de chorros. Decir que es pequeña y si hay mucha gente puede ser algo agobiante, pero a nosotros nos gustó, la verdad.

El hotel tiene piscina exterior, así que si vais en verano seguro que podéis disfrutarla!


Después de las piscinas, nos fuimos a cenar en una pizzería que queda muy cerca del hotel, Pizzería don Genaro, y que estuvo muy bien, sobre todo para los más peques que les encanta la comida italiana.









Al día siguiente disfrutamos del desayuno del hotel y nos fuimos a dar un paseo por el pueblo, por sus murallas, por la ribera del río Miño y estuvimos un rato en el parque con las niñas. Para comer nos decidimos por el restaurante del convento dos capuchos, un sitio precioso, que es también hotel y donde está todo muy bien cuidado, ya solo pasear por los jardines vale la pena y por dentro está precioso.




Pues, ya tenéis aquí otra opción por si queréis quedaros una noche por el norte de Portugal. Espero que os haya gustado!!

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